Visto y considerando que ninguno se dignó a adivinar qué carajo hacían Ele y Lucre, no voy a dar la solución, el Pupomatic me lo guardo en el bolsillo.

Mejor hago otra cosa mucho más interesante. ¿Se acuerdan de REC? Esa película gallega de terror, de puta madre, que salió en el 2007 y era muy sangrienta, muy flashera y muy recomendable? Yo si me acuerdo.¡Cómo olvidarla! si tardé 2 meses en poder dormir tranquila después de ver tanta sangre y tanto muerto junto. La primera vez que la vi me tuvieron que poner en pedo con Whisky en taza, y así de masoquista que soy la habré visto unas 9 veces más.

Bueno, resulta que hace unos días me encontré con la segunda parte. Rec 2 nos cuenta qué pasó después de que los bomberos, la conductora del programa "mientras usted duerme" y el camarógrafo entraran en el edificio y se armara toda la masacre dentro del mismo. También, mucha chocolatada para todos lados y mucha tensión.

Quisiera contarles detalladamente de qué tratan las dos películas pero estoy en vaga, sepan comprender a una mujer que está viviendo los mejores momentos de panchedad de su vida y lean las sinopsis que les dejé.

Lo que si voy a hacer es plantear el siguiente interrogante sobre ambas películas:

¿Qué necesidad tienen los gallegos de hacernos quedar tan mal a los argentinos poniéndonos un puto y un actor pésimo en las dos películas?

En Rec 1 tenemos un argentino muy parecido a Francella, pero con 3 meses de retención de líquidos, que a leguas te das cuenta que patea para el corner. Me pasé la película entera guardándome las ganas de no quejarme por ese pequeño detalle. Casi imposible, porque el puto, además de ser muy puto, es muy porteño.

- "Fue a propósito, lo hicieron completamente a propósito" pensé indignada, pero me callé la boca.

Evité entonces quejarme porque la película está buena, yo diría que tendría 5 pupolines si no fuera porque eso me pegó donde más me duele, mi patria. Y le dejé unos 3 y medio... Bueno 4 pupolines. Soy generosa y se me da muy bien perdonar, lamentablemente.

Sin embargo, antes de Rec 2, pensaba que lo del porteño podría no haber sido del todo a propósito, y tal vez después de todo eligieron poner al argentino como "el puto de la película" porque el argentino cobraba menos por el papel, y lo hacía de maravilla (había que tomarlo con optimismo, otra no quedaba).

Hasta que me encuentro con otro personaje en Rec 2: Larra. Que además de tener la mismísima tonadita porteña que el puto, es bien "eh fierita ¿todo bien?" y es de madera para actuar. Se pasa toda la hora sobreactuando enojos, furia y sorpresa. Cáda diálogo de él me da bronca, me revienta el alma. Tengo ganas de que me arranquen los intestinos y me ahorquen con ellos. Fueron dos películas, fueron dos puñaladas en el corazón. Mi bandera, mi querida bandera manchada con sangre de toro bravo. Putos, eso son, putos cabrones.

Ya sé, ya sé. Seguro están pensando "si, pero los argentinos siempre tratan a los gallegos de brutos". Pero el primero que me salga con eso en un comentario se come un tatequieto en la nuca.

Yo avisé.

Si alguno me dice qué secreto guardan Ele y Lucre se ganan un Pupomatic de puta madre.




P.D: El Pupomatic aún no se inventó, pero el día que me ponga las pilas y lo invente va a ser una cosa utilísima, como el programa viste, pero del ojete.

Para Luciano, que seguro lo está esperando, por supuesto que si: no podía faltar la palabra ojete.

Cáda vez que tengo que salir a algún lado es la misma historia, no importa cuántas veces me lo recuerde mentalmente -Acordate Pupolina, acordate porque después te quejás - y cuántas veces me arrepienta de no haberlo hecho antes, siempre pero siempre que estoy a punto de salir me doy cuenta que mi mochila es un caos y en ese caos jamás encuentro nada de lo que necesito.

Yo uso mochila porque las carteras se llevan mal conmigo. Una sóla vez intenté usar una cartera y la muy ingrata se tropezó con mi pierna izquierda todo el santo día, resvalándose de mi hombro cada 2 minutos y haciendome quedar no sólo como estúpida, sino como antifemenina.

Sin embargo mi mochila es como cualquier cartera de dama: Está llena de cosas inútiles y molestas. En ella se puede encontrar papeles de caramelos que semanas atrás comí, boletos de colectivos que guardé, pilas del mp3 que se agotaron en el camino, algún sobrecito de mostaza del Mc Donalds, algún libro que creí que iba a leer en algún viaje, una botellita de perfume Johnsons Baby, un peine, un monedero casi vacío, papel higiénico, papeles con direcciones, nombres y mails, esmalte de uñas, lapiceras que no tienen tinta o están reventadas, más boletos, cinta scotch...

No sé por qué tenemos esa necesidad de llenar la mochila (o la cartera) de cosas sin sentido. ¿Acaso hay alguien que utiliza los sobrecitos de mostaza o ketchup que se lleva de un Mc Donalds? ¿Acaso los boletos y las pilas se van a evaporar solos? ¿Acaso nos vamos a pintar las uñas en un 306 en hora pico? Por supuesto que no. Y cáda vez que tengo que salir de casa agarro la mochila para ver si me falta algo. Nunca me falta nada, más bien siempre me sobran cosas.

Entonces siempre me repito lo mismo, desde lo más profundo de mi corazón -Hoy, apenas vuelvas de allá la ordenás, sacás la mugre y las cosas que no tienen por qué estar ahí y dejás lo importante, NADA MAS. - Y pocas veces cumplo la promesa. Creo que en mis 20 otoños cumplí 2 veces por año la promesa (3 cáda año bisiesto) y abrí la mochila a las 11 o 12 de la noche. Mientras voy sacando las cosas pienso cosas como:

- "Cinta Scotch... Uno nunca sabe cuándo se te puede despegar algo y necesites un poco de cinta scotch... Esto entonces se queda"

- "¿y si la mochila se rompe y la tengo que arreglar? el hilo y la aguja se quedan, por las dudas".

- "Los papeles de los caramelos pueden servir para alguna manualidad más adelante, y si los guardo en otro lado me los van a tirar a la basura."

- "Las mayonesitas del Mc Donalds se vencen tan rápido. Ahora cuando vaya al tacho de basura la tiro ahí, pero mientras tanto voy a ver si encuentro un boleto capicúa..."

- "... Ya te van a encontrar cagando sin papel y yo leyendo el diario. ¡Pero a mi no! muajajaja"


Porque todas las cosas que hacen espacio molestan, pero sólo hasta que amenazan con no hacerlo más.

1 - Doug.

2 - Los Grafitos.

3 - Ay, Monstruos!

4 - Detective Conan.

5 - Ginger (As Told By Ginger)

6 - Dragon Ball (Desde el comienzo y no perderme nunca un capítulo, como Dios manda)

7 - Dumpy o Bumpy, no recuerdo el nombre. Un bicho verde que vivía abajo de la cama, tenía un amigo que se llamaba Esponja y una amiga que se llamaba Molly.

A partir de hoy, 10 de marzo del año 2010, le declaro la guerra a todas las máquinas de peluches del mundo.


No es exactamente esta la máquina de la foto, pero hay una que se quedó con 9 pesos del Chino cuando quería sacar para mi un superosito con traje de arlequín.

Te detesto máquina.

Y te amo Chino, porque valoro el intento.

Hace un rato me puse a leer uno de los mejores blogs que conozco. Mientras leía esta entrada acerca de los piropos recordé algo que pasó hace un poco más de un mes.

Eran como las 6 de la tarde y con la Doble íbamos caminando a comprar un poco de maní salado al negocio de los paraguayos del fondo. El negocio queda cerca de una obra en construcción y evitar la obra es hacer 3 cuadras demás, algo que yo no estoy dispuesta a hacer.

La Doble con pollerita, yo en jean. 18 y 20 años.

De golpe, un poquito antes de entrar al negocio me dice mi amiga "Che, eso fue muy raro" y yo que no venía pensando en otra cosa más que "me faltan quince, me faltan quince, me faltan quince" le pregunté qué cosa era rara. Me contesta lo siguiente:

Resultó así: Estabamos con el Chino sentados en la plaza de San Justo mientras le pregunté la hora. Cuando miramos juntos su reloj al reves estalló la risa.

Puedo jurar que saqué la foto al momento mientras me cagaba de risa, nunca planeando que encima iba a ser el decimo tercer segundo de las 17.08 dando el "EL" que sería como la frutilla del postre.

¿Quién tiene un gato en su casa?


Yo tengo 8 o 9.

Ricardito piensa que su hermano es una guitarra.